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asma

El asma es una de las enfermedades más comunes pero menos diagnosticadas. El paciente que sufre asma debe tener un buen conocimiento de su enfermedad ya que muchas de las complicaciones del asma  podrían evitarse si el enfermo conoce su enfermedad sabe cómo actuar para ayudarse a si mismo y para ello ha de saber unas cuantas cosas acerca del asma.

¿Qué es el asma?

Es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias donde intervienen células y mediadores de la inflamación condicionados bien por factores genéticos, ambientales o, incluso por la toma de algún medicamento.

 En el asma se produce una hiperrespuesta bronquial y una obstrucción variable del flujo como respuesta de nuestro organismo a un estímulo externo que reconoce como extraño.

Aunque no existe una explicación de cuáles son los motivos por los que se puede ser un enfermo de asma si hay ciertos factores de riesgo que están relacionados con la aparición de la enfermedad, los más comunes son: ser atópico, las rinitis y rinosinusitis crónicas, alergias, prematuridad, cesárea…

En cuanto a los factores desencadenantes de síntomas, que no debemos confundirlos con los anteriores, son aquellos cuya exposición origina la aparición de síntomas en pacientes con asma pudiendo llegar a causar crisis asmáticas y éstos pueden ser de origen muy variable: ambientales, laborales, fármacos, alimentos…

¿Qué es el FEM? y ¿cómo nos puede ayudar?

Para tener controlado el asma, todo enfermo asmático debería saber reconocer cuáles son sus factores desencadenantes para poder evitar en la medida de lo posible el contacto con ellos y si esto no fuera posible es importante que el paciente detecte cuándo está empezando a sufrir una crisis ya que las crisis en los asmáticos aparecen de forma muy rápida.

Una de las formas de reconocer que puede darse una crisis de asma es cuando el enfermo empieza a notar sibilancias, opresión en el pecho o fatiga (o más de la normal), tos.

Otra opción es la de medir el FEM. El FEM es el flujo espiratorio máximo, es decir, es la cantidad de aire máxima que puede espirar una persona e indica, por tanto, el grado de obstrucción de las vías respiratorias. Si las vías aéreas se estrechan o bloquean debido al asma, el valor del FEM desciende.

No podemos hablar de un valor medio de FEM óptimo ya que cada persona tiene un valor determinado. Lo importante sería saber qué valor tiene el paciente en estado asintomático para así poder evaluar cuándo baja.

El FEM, además, también determina qué tan efectivos son los medicamentos que está usando el paciente asmático. Ya que si el tratamiento es el adecuado el FEM se mantendrá o, incluso, subirá; mientras que si el medicamento no está siendo efectivo el FEM tenderá a bajar.

Tratamientos para el Asma

En cuanto a los tratamientos del asma se clasifican en:

 Tratamiento de mantenimiento que son aquellos fármacos que se utilizan todos los días durante un largo período de tiempo o, incluso a veces, “de por vida”. En este grupo incluimos:

  • los antiinflamatorios, y en este caso, serán corticoides inhalados. Este tratamiento es muy efectivo y seguro ya que al ser un tratamiento inhalado sólo va a actuar en las vías respiratorias evitando así los efectos secundarios de los corticoides que se toman por vía oral.
  • Broncodilatadores de acción de acción larga: Los broncodilatadores se encargan de abrir el bronquio para aumentar el paso de aire y, así, aliviar los síntomas de opresión en el pecho y la fatiga. Su efecto dura unas 12 horas aproximadamente.

En caso de aparición de crisis existe un tratamiento de rescate que se utiliza a demanda para tratar o prevenir la broncoconstricción de forma rápida en el que se incluyen:

  • Broncodilatadores de acción corta: su misión es, también, la de abrir el bronquio pero éstos lo hacen de forma rápida y durante un período de tiempo corto, unas 4 horas aproximadamente. Éstos deben ir siempre acompañando al paciente, debe ser su “inhalador de bolsillo” pues una crisis de asma se puede presentar en cualquier lugar y a cualquier hora. El principal inconveniente de éstos fármacos son los efectos adversos que en ocasiones obligan al paciente a cesar su uso: temblor de manos, palpitaciones…

 En cualquiera de los tres tipos de inhaladores o cualquier otro es importante que el paciente se enjuague la boca después de cada toma ya que pueden aparecer candidiasis bucales con el uso de estos fármacos.

No menos importante es saber cómo utilizar cada inhalador correctamente,  si el tipo de inhalador no se adapta al paciente o el enfermo de asma no sabe cómo utilizarlo el resultado no va a ser el esperado.

¿Y tú, sabes usar correctamente tu inhalador? Si tienes cualquier duda o necesitas ayuda con tu enfermedad VEN A VISITARNOS