Regolodos

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Se acaba Enero y con ello el mes de las dietas milagro, muchas personas se marcan como propósito de año nuevo perder peso, y en muchas ocasiones se recurre a la palabra “detox” buscando una “desintoxicación” de los excesos navideños, una “limpieza” del organismo o mejorar la «salud metabólica» a través de darle un respiro a órganos como riñón o hígado.

¿Es necesario hacer un “detox”? Soy gallega de pura cepa y sabéis que en RegoLodos adoramos los “depende” ya que no nos gustan las respuestas rotundas sin saber el caso específico de cada persona. En este tema en concreto, si me tengo que mojar preferiría el NO que el sí, y te cuento el por qué. 

¿Qué significa DETOX?  Yo lo veo como una depuración, una limpieza del organismo, lo de la desintoxicación ya lo veo un poco fuerte. 

¿Es necesario? Por supuesto que es necesaria la limpieza de nuestro organismo, es la función de nuestro hígado, nuestros riñones y nuestro querido intestino, y que bien lo hacen. Nuestro cuerpo necesita eliminar toxinas, eso es verdad. Por eso vamos al baño y nos quedamos tan a gustito. 

Pero no este detox al que me refiero, si no a esos productos que vemos en las estanterías de todo tipo de establecimientos, ¿qué son? ¿En qué consisten estos suplementos? 

Hay muchos suplementos que ayudan a estas funciones y de forma general, no nos van a ayudar a perder peso. Aquí es cuando oímos el: “ a mí me funcionó”. Sí, al empezar pierdes kilos pero pasados unos meses recuperas más grasa de la que has perdido. ¿Por qué? Por pérdida de agua y de masa muscular sin haber cambiado tus hábitos de vida. 

El “detox” no sólo son suplementos alimenticios, lo cuales te pido que no compres sin recomendación de un profesional. También existen planes detox que no son más que dietas restrictivas e hipocalóricas. Habitualmente se basan en caldos, sopas, zumos de vegetales y frutas, etc. Como resultado la persona hace una dieta muy baja en calorías y muy baja en proteína, por lo que pierdes agua y masa muscular y la báscula baja. Dichosa báscula. Además, debes de saber que tu cuerpo se intentará adaptar con cambios hormonales, con más apetito (normal, tienes hambre) y acabarás con mayor porcentaje de grasa. 

Fenomenal, entonces, ¿cuál es el punto positivo? ¿Por qué un depende y no un NO rotundo? Porque no me gusta meter todo en el mismo saco, y puede haber casos concretos en los que un profesional te recomiende una fibra con probiótico cuyo nombre suene a “detox” o “limpieza intestinal” y estaré muy de acuerdo, a mí misma me encanta recomendarlos. 

Y es que el marketing en estos temas es mejorable. Si de verdad te preocupa tu bienestar, tu salud y la de tu cuerpo, se trata de una cuestión de sentido común. De escucharte y ver cómo te sientes, y de visitar a un profesional. 

Si no quieres que esto quede en Enero, y ayudar a tu cuerpo (y mente) de verdad, te dejo unos consejillos iniciales que te pueden ayudar: 

  • Planifica tus comidas. 

    La planificación ayuda a no caer en opciones rápidas y ultraprocesados. Recuerda que tan importante como lo que comes es lo que no comes. Llévate un tuper al trabajo con una ensalada, y no pasar con algo de la máquina. Esa ensalada ayudará a tus bacterias a hacer el detox de verdad. 

  • Bebe agua.

    Suena a obvio, pero muchas veces confundimos el hambre con sed. Aumenta tu consumo de agua con infusiones, sopas o caldos ahora en invierno.

  • Muévete.

    El detox que produce el ejercicio físico es la bomba, ya que además de físico es mental.