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La preparación de la piel para mí es el paso más importante en una rutina de maquillaje. Una piel bien preparada necesita menos maquillaje, se ve mucho más sana y ese proceso además aumenta la durabilidad de tu maquillaje.

Para los que no me conocéis, me llamo Nika Ambrozic (en redes me encuentras como Erion). Soy maquilladora y peluquera profesional y me dedico sobre todo a trabajar en rodajes, sesiones de fotos y eventos en directo. Soy una amante de la piel y me fascina el mundo del skincare. En este blog quiero darte unas pautas para ayudarte a entender mejor como conseguir una piel bonita y que tu maquillaje esté en el siguiente nivel.

No quiero que te líes, muchas veces tu rutina habitual de cuidado de la piel ya aporta todo que tu piel necesita, pero hay algo muy importante que es distinto en la preparación de pieles: los productos que ponemos en la piel deben ser igual de aptos para las necesidades de tu piel que para los productos de maquillaje que pones encima.

Si preparamos la piel de una manera incorrecta, el maquillaje parcheará o nos parecerá que tiene un aspecto demasiado seco o demasiado luminoso, o también nos pueden pasar las odiosas pelotillas, cuando los productos cosméticos interactúan de una manera que parece que nuestra piel se está pelando a trozos.

En mi trabajo tengo que diagnosticar rápidamente la piel que tengo delante y aportarle lo que necesita en ese momento para conseguir el efecto que quiero. Sea una piel luminosa, satinada o mate, lo ideal es encontrar el punto perfecto en cual la piel se queda satisfecha con lo que le hemos aplicado. Queremos una piel sana, hidratada y lisa porque a partir de ahí ya podemos añadir o quitar el brillo como queramos.

Suelo trabajar la piel en el orden siguiente, a veces saltando pasos que no sean necesarios:

  1. Limpiar
  2. Exfoliar
  3. Hidratar
  4. Tratar
  5. Nutrir
  6. Proteger

Limpiar la piel es un paso muy importante. Dependiendo de si la piel lleva algún producto de maquillaje o protector solar, suelo coger un limpiador más completo o solo hacer una pasada rápida con agua micelar. Suelo aclarar la piel con agua independientemente del tipo de limpiador que he usado para asegurarme que no hay ningún resto de producto que me pueda afectar a la aplicación de productos.

Una vez tenemos una piel limpia, si es necesario, la exfolio. Tener una superficie lisa y sin células muertas nos ayuda a obtener un aspecto uniforme y nos facilita el proceso de difuminado de productos.

A la superficie lisa y limpia me gusta aportar agua o hidratar. Una piel hidratada ya tiene un aspecto mucho más saludable, pero a la vez también es mucho más capaz de absorber los principios activos que me interesa poner. Aquí ya entramos en el mundo de los sueros, por lo que hay que vigilar que no contengan muchos ingredientes que forman película, algo que puede causar pelotillas. En este paso me encantan las brumas, tónicos, esencias y sueros muy acuosos.

No siempre es necesario, pero a veces la piel necesita un chute de energía, por le que me pongo también a tratarla. En este paso uso sueros que aportan luminosidad y vitaminas para asegurarme que la piel mantiene un aspecto sano.

 

Para las pieles muy grasas y sobre todo en verano, ya puedo pasar a la protección solar de la piel, pero algunos tipos de pieles necesitan un extra de nutrición, sobre todo en invierno. Siempre llevo varios tipos de hidratantes en mi maletín para asegurarme que cubro todo tipo de pieles.

Como último paso siempre acabo con la protección solar. Independiente de la época o de la localización, prefiero asegurarme que la piel está bien protegida del sol.